La Cirugía Endoscópica de Columna Cervical y Torácica: Una Mirada de Cerca a la Revolución Silenciosa
- Dr. González Murillo

- 17 sept
- 5 Min. de lectura
Hay dolores que se convierten en una sombra. Uno de ellos, persistente y profundo, es el que se instala en nuestro cuello o en la parte alta de la espalda. Comienza como una molestia, una rigidez al despertar, y poco a poco va tejiendo una red que limita nuestros movimientos más sencillos: girar la cabeza para hablar con alguien, cargar las bolsas de la compra, o simplemente, disfrutar de un paseo sin sentir esa punzada constante. Cuando este dolor, originado en la columna cervical o torácica, se vuelve crónico, no solo afecta nuestro cuerpo, sino también nuestro ánimo y nuestra calidad de vida.
Muchos de nuestros pacientes llegan a la consulta con un historial largo de tratamientos fallidos y con una pregunta cargada de temor: "¿Tendré que someterme a una cirugía abierta y agresiva?". La sola idea de una gran incisión en una zona tan delicada como el cuello o la espalda es suficiente para paralizar a cualquiera. Pero, ¿y si te dijera que la cirugía de columna ha experimentado una revolución silenciosa? ¿Que hoy podemos acceder a esas zonas tan complejas con la precisión de un relojero y el mínimo impacto en tu cuerpo?
Hoy vamos a hablar de esa revolución. Se llama endoscopia de columna cervical y torácica por vía posterior, una técnica que está cambiando las reglas del juego y devolviendo la vida sin dolor a miles de personas. Y lo haremos sin tecnicismos incomprensibles, como si estuviéramos charlando en la sala de estar, porque tu bienestar empieza por entender, sin miedo, cuáles son tus opciones.

Desenredando el Problema: ¿Qué Ocurre en mi Columna Cervical y Torácica?
Imagina tu columna como una autopista por la que viajan los nervios que conectan tu cerebro con el resto del cuerpo. Las vértebras son los túneles y los discos intervertebrales, los amortiguadores. A veces, uno de esos "amortiguadores" (el disco) se desgasta y se sale de su sitio, formando una hernia discal. Otras veces, los "túneles" (el canal espinal) se estrechan por el desgaste natural, una condición conocida como estenosis de canal.
Cuando esto ocurre en la zona cervical (el cuello) o torácica (la espalda alta), el resultado es una compresión de los nervios o de la médula espinal. Es como un atasco en esa autopista. Las señales no fluyen bien, y aparecen síntomas como:
Dolor irradiado: Ese dolor agudo que baja por el brazo (radiculopatía cervical) o que rodea las costillas (radiculopatía torácica).
Hormigueo y adormecimiento: Una sensación de acorchamiento en manos, brazos o pecho.
Pérdida de fuerza: Dificultad para agarrar objetos o realizar tareas finas con las manos.
Rigidez y dolor localizado: Esa sensación de tener un "nudo" permanente en el cuello o entre los omóplatos.
Durante años, la única solución quirúrgica era un abordaje "abierto". Esto implicaba una incisión considerable, separar la potente musculatura de la espalda y un postoperatorio largo y doloroso. Afortunadamente, la historia ha cambiado.

La Endoscopia: Una Ventana a tu Columna con Mínimas Cicatrices
Aquí es donde la magia de la mínima invasión entra en escena. La endoscopia de columna es, en esencia, una forma de llegar al origen del problema sin "abrir" la autopista.
Piensa en ello de esta manera: en lugar de levantar todo el asfalto, hacemos una pequeña incisión, de menos de un centímetro. A través de ella, introducimos una cánula del grosor de un lápiz. Dentro de esa cánula viaja una óptica de alta definición (el endoscopio) y los instrumentos quirúrgicos miniaturizados. Es como tener unos ojos y unas manos expertas trabajando directamente en el lugar del "atasco", pero sin dañar las estructuras de alrededor.
El cirujano ve en una pantalla gigante una imagen nítida y ampliada del interior de tu columna. Con una precisión milimétrica, puede eliminar el trozo de hernia que presiona el nervio o ampliar el espacio del canal para liberarlo (lo que llamamos descompresión).
¿Por qué por vía posterior? La Elegancia de un Acceso Directo
El abordaje posterior significa que accedemos a la columna desde la parte de atrás del cuello o la espalda. Esta es una ventaja fundamental. La musculatura de esta zona, aunque fuerte, se puede separar suavemente, sin necesidad de cortarla. El endoscopio se desliza entre las fibras musculares, que al final del procedimiento vuelven a su sitio, como si nada hubiera pasado.
Esto se traduce en beneficios que puedes sentir desde el primer día:
Menos dolor postoperatorio: Al no haber un trauma muscular significativo, el dolor después de la cirugía es incomparablemente menor. Muchos pacientes se sorprenden de necesitar muy poca medicación para el dolor.
Recuperación exprés: El alta hospitalaria suele darse en 24 horas. En lugar de semanas de convalecencia, podrás empezar a caminar a las pocas horas de la intervención.
Cicatriz casi invisible: La pequeña incisión se cierra con un punto o dos y, con el tiempo, se vuelve prácticamente imperceptible.
Menor riesgo de infección y sangrado: Una herida más pequeña y menos tiempo de cirugía reducen drásticamente estas complicaciones.
Preservación de la estabilidad: Al no tocar las estructuras importantes que dan estabilidad a la columna, la recuperación funcional es total y más segura a largo plazo.
El Viaje del Paciente: De la Duda a la Libertad
Recuerdo el caso de Alberto, un jubilado de 67 años. Un dolor agudo en el cuello y el brazo izquierdo le impedía disfrutar de su hobbie: el golf. El miedo a una cirugía que pudiera afectar la movilidad de su cuello y los brazos le tenía bloqueado. Tras una endoscopia cervical posterior para resolver sus hernias, a las dos semanas ya estaba iniciando su recuperación y rehabilitación. "Es como si me hubieran quitado un peso enorme de encima", nos confesó.
Historias como la de Alberto son el motor de nuestra especialización. No se trata solo de quitar una hernia; se trata de devolverle a un músico su pasión, a un abuelo la capacidad de jugar con sus nietos, o a una trabajadora su concentración sin dolor.
Conclusión: Un Futuro con Menos Dolor y Más Movimiento
Si estás leyendo esto y te sientes identificado, si el dolor de cuello o espalda alta o la irradiación a los brazos te está robando la alegría, queremos que sepas que hay un camino diferente. La endoscopia de columna no es una técnica del futuro, es una realidad presente que ofrece resultados extraordinarios con una agresión mínima a tu cuerpo.
No tienes por qué resignarte a vivir con dolor. La próxima vez que gires la cabeza o te estires para coger algo de una estantería, imagina hacerlo sin miedo y sin dolor. Ese futuro está más cerca de lo que crees. Anímate a preguntar, a informarte. Dar ese primer paso es el comienzo de tu recuperación.




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