Se trata de la lesión de la columna cervical producida con mayor frecuencia en los accidentes de tráfico.
Se produce la lesión en 3 fases:
Tras el impacto y colisión se produce desplazamiento del tronco y hombros hacia delante
Seguidamente una hiperextensión de la columna cervical
A continuación mecanismo de hiperflexión.
Los síntomas más frecuentes son: dolor y contractura cervical y dorsal, el dolor de cabeza por tensión muscular o cefalea tensional, mareos y/o vértigos, ansiedad o estrés postraumático.
La mayoría de los pacientes se recuperan en semanas y pueden volver a sus actividades diarias habituales. No obstante, entre un 10 y un 40% de los pacientes puede presentar dolor crónico cervical. Para evitarlo sigue nuestras indicaciones.
Además del interrogatorio clínico y del examen físico, podemos solicitar pruebas complementarias para descartar otras lesiones, como por ejemplo, radiografías, resonancia magnética o TAC.
Para iniciar la recuperación es importante tu implicación en el tratamiento. No debes preocuparte puesto que se trata de una lesión de buen pronóstico en la mayoría de casos, no debes prolongar la inmovilización y debes participar activamente en tu rehabilitación mediante ejercicios de movilización y estiramientos.